Informal.
La antítesis de las instituciones formales, son aquellas que de una forma u otra, se conforman, por la congregación asidua de sus miembros y por la constante prestación de actividades de forma continua por parte de los mismos, creando el hábito no solo en estos, sino en tercero que llegan con el tiempo y la continuidad a apreciarla como una institución.
Es así, como la misma puede llegar a constituir en un preciado elemento de prestación de bienes y servicios, o bien en un ente social reconocido como promotor de actividades o propulsor de ideales, en todo caso, el mismo siempre guarda relevancia para la sociedad.
Sin embargo, su condición de informal le resta mucho, ya que así como existen varios que pueden reconocerla, son muchos los que mantendrán el recelo frente a la misma, bien sea para formar parte o celebrar actos con ella, dada la carencia de formas legales que no ofrecen garantía.