"Esto es el resultado de un deterioro en los hábitos alimenticios. Vemos los resultados de que las escuelas se volvieran el imperio de las empresas de bebidas refrescantes, de la comida basura y de que no se haya aplicado ningún tipo de regulación a la publicidad que se dirige a niños. Todos anuncian un regalo para que los niños acudan a McDonals, Burger King, etcétera. Por otro lado no ha habido campañas de orientación alimentaria. Toda la dieta tradicional en México, que era muy nutritiva ( el maíz y el frijol daban una proteína excelente), se está perdiendo con la urbanización y la comercialización Lo que gana mayor presencia son todos los productos procesados industrialmente. Hubo un desplazamiento y en catorce años cayó un 30% el consumo de frutas y verduras, en veinte años cayó un 50% el consumo de frijol que era el pilar de la alimentación junto con el maíz y en catorce años aumentó 40% el consumo de refrescos. Entre la población más pobre, el consumo de refresco en catorce años creció 60%. Esto tenía que impactar en algo y lo hizo en la salud."
Ya para los años ochenta y noventa, los niños tuvieron menos actividades en la calle debido a la inseguridad y violencia en las calles y por la aparición de juegos electrónicos.
Los niños se volvieron sedentarios frente a los videojuegos o a la pantalla de televisión, con el agravante de que ésta no ha dejado de bombardearlos con anuncios de comida basura.
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Radio Nederland entrevistó Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor. Alejandro Calvillo denunció en 2007 que uno de los ingredientes de la Coca Cola Zero, en México, era el edulcorante ciclamato de sodio, prohibido en Estados Unidos desde 1969, debido a los efectos cancerígenos que puede producir. Gracias a El Poder del Consumidor, la gigantesca de refrescos retiró de la fórmula el ciclamato de sodio.
Alejandro Calvillo, estudia desde hace dos años los daños de este tipo de comida en México. A él le preguntamos su opinión sobre este primer lugar en obesidad y diabetes infantil: