Hoy día, a pesar de la evidente disponibilidad de recursos como los sistemas de información geográfica (SIG) (Gómez, Guerra y González, 2003), y medios como la radio, el cine, y las grandes cadenas de televisión, así como la cibernética y especialmente la tecnología satelital, que con sus imágenes impactantes han provocado una verdadera revolución en la investigación geográfica, el trabajo de campo en los estudios de la ciencia de Estrabón no ha sido desplazado y continua siendo un recurso, quizá insustituible, para acceder al conocimiento de la dinámica terrestre.