Por ser un país de tránsito aumenta el riesgo de epidemias producto de enfermedades infecciosas como las transmitidas por virus, somos vulnerables a desastres naturales, pérdida de la identidad nacional por influencia extranjera, ataques terroristas a las instalaciones del Canal, mala distribución de las riquezas, altas tasas de migración del campo a la ciudad, etc.