Cada cultura y cada subcultura transportan
valores e indicadores de
acciones, de pensamientos y
de sentimientos. A ejemplo de la cultura, la
identidad está, a menudo, relacionada con grandes corrientes culturales y
también limitada a ellas: la
procedencia territorial, el color de la piel, la
religión… Se habla de un turco, de un italiano, de un negro, de un
musulmán… De este modo, la
influencia de la pertenencia a subconjuntos
culturales sobre la estructura de
la identidad está descartada. Estos
subconjuntos pueden ser la clase
social, la profesión, el sexo, el origen
(urbano/campesino), las diferentes formas
que pueden tener una religión,
etc.