Según Anaxímenes, todo cuanto existe procede de un principio material único –el aire ( del griego pneuma que significa "soplo, aire")– y vuelve a él. El aire es infinito, eterno, móvil. Al condensarse, primero forma nubes, luego agua y, finalmente, la tierra y las piedras; al enrarecerse, se convierte en fuego. Esta concepción encierra la idea de que la cantidad se transforma en calidad. El aire lo abarca todo: es el alma y también el medio general de los infinitos mundos del universo. Entendía que las estrellas son fuego, pero nosotros no percibimos su calor porque están muy lejos (según Anaximandro, las estrellas estaban más cerca que los planetas). Anaxímenes dio una explicación de los Eclipses de sol y de Luna, muy próxima a la verdad.