El gobierno de Estados Unidos exige datos concluyentes de que las personas expuestas a alguna sustancia química sufrirán un daño antes de prohibir una sustancia sospechosa. Dichos datos definitivos del daño a veces son difíciles de obtener; por esto, muchas más sustancias químicas se consideran "seguras" en Estados Unidos que en Europa. En consecuencia, suelen usarse innumerables ingredientes químicos en los productos estadounidenses (y en los de otros países con normas similares) que están prohibidos en los países europeos. En el caso de las sustancias químicas que circulan por la economía mundial, REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias químicas, por sus siglas en inglés). elaborará una nueva clase de tabla periódica, en la que se tabulará su peligrosidad más que su estructura molecular.