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La ciudad imaginada: el paisaje neoclásico en Guadalajara y sus…
La ciudad imaginada: el paisaje neoclásico en Guadalajara y sus productores
El 7 de diciembre de 1896 se celebró en Guadalajara una fiesta en honor al presidente Porfirio Díaz, organizada por la cámara de comercio. Eligiendo
El lugar remite a una arquitectura academicista introducida en la ciudad a partir de la construcción de la Casa de la Misericordia en 1805, gracias a Manuel Tolsá y José Gutiérrez.
Manuel Tolsá se encargaría del proyecto, mientras que Gutiérrez se encargaría de la edificación y responsable de sustituir la fachada barroca del Templo de Santo Tomás hasya convertirla en neoclásico.
La ciudad contribuyó halagos por parte del periodista mexicano Eduardo Gibbon quien publicó en 1893 un testimonio titulado Guadalajara (la Florencia mexicana)
Admiró el talento de Manuel Gómez Ibarra, quien en 1835 y 1845tuvo a su cargo la conclusión del Hospicio Cabañas y el Sagrario Metropolitano.
Los monumentos neoclásicos centraban las miradas, sus representaciones se expandían exponencialmente hasta convertirse en lugares comunes; al socializarse habrían adquirido rango de imaginario.
El autor Castoriadis considera que el imaginario orienta procesos sociales hacia una dirección hacia una dirección dentro de un conjunto de estructuras simbólicas posibles.
Además considera que no hay pensamiento sin representación "pensar es siempre y necesariamente poner en movimiento en ciertas direcciones y según ciertas reglas de las representaciones: figuras, esquemas, imágenes y palabras.
Arnheim afirma que las imágenes son representaciones en la medida en que retratan cosas situadas a un nivel de abstracción más abajo que ellas mismas.
Harley se refiere a una teoría del silencio cartográfico, la supresión de ciertos elementos en un mapa surgen de las políticas deliberadas de secreto y censura.
El imaginario es un elemento creativo que no se limita a captar información estática de los sitios representados
El neoclásico tapatío habría cobrado vida en razón de que se convirtió un un significado a pesar de la palabra neoclásico no fiera de uso corriente: estaríamos a una abstracción visual que lingüística.
En 1930, Machorro comentó que "Guadalajara no tiene arquitectura colonial: pero tiene una arquitectura clásica, como no se encuentra en ninguna otra ciudad mexicana.
Durante el tránsito entre los siglos XVIII y XIX supuso la materialización de la ilustración y las reformas borbónicas promulgadas por el rey Carlos III, que la ciudades fueran hermosas e higiénicas.
El hospicio Cabañas heredó la experiencia por Manuel Tolsá
La difusión del neoclásico se realizó a través de la formación profesional en pintura, escultura y arquitectura impartida en la Real Academia de las nobles artes de San Carlos de la Ciudad de México
San Carlos seguía el modelo de la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando en Madrid.
El arte neoclásico tuvo impulso con el proceso de Reforma por Benito Juárez y suponía el anhelo de cimentar el estado moderno, por lo tanto era preciso deslindarse del poder de la iglesia.
El poder religioso se recurrió a fabricar edificios de nueva planta, nuevas fachadas neoclásicas sobre construcciones virreinales
El neoclásico prosperó durante el Porfiriato, manifestó el afán por imitar las novedades provenientes de Francia
Proliferaron diversos estilos sin que dejaran de destacar y quizá de dominar el neoclásico y el art nouveau, las combinaciones posibles que dieron paso al eclecticismo y a expresiones neogóticas y neorománticas
El despliegue constructivo en Guadalajara fue modesto, llama la atención como imagen de marca.
La Catedral de origen virreinal se puso a tono con fachada y retablos, mientras que el Sagrario Metropolitano fue un producto nuevo, un ejemplo perfecto del estilo neoclásico del siglo XIX.
En 1887 se publicó en Madrid, dentro de la revista La ilustración Española y Americana, una página firmada por Vela que muestra fragmentos urbanos de la capital jalisciense realizados a partir de fotografías
El redactado Eusebio Martínez enumera seis edificios como la Catedral y el Templo de San Agustín y otros modernos y elegantes como la Escuela de la jurisprudencia, el Teatro Degollado, el Hospicio y la Penitenciaría.
La remodelación de la antigua sede Jesuita convertida en Supremo Tribunal de Justicia y en Escuela de Jurisprudencia, junto con su templo de Santo Tomás
La congregación jesuita había llegado a la ciudad en 1586 y al poco tiempo recibió por parte de Luis de los Ríos y diego de los Ríos una donación de cuatro solares en la céntrica manzana. los religiosos desplegaron una labor educativa y al ser expulsados del país en 1767, la construcción permaneció en abandono hasta 1792 en que se instaló la Real y literatura Universidad de Guadalajara autorizada por Carlos III
Es por eso que durante el siglo XIX al referirse al lugar como La Universidad y al exterior como plaza Universidad.
En un documento de la Academia de San Carlos fechado el 15 de noviembre de 1794 se notificó que José Gutiérrez obtuvo el primer premio de arquitectura
Dirigió en Guadalajara la construcción del Hospicio Cabañas y además proyectó el Sagrario Metropolitano. Asimismo, proyectó y construyó el puente Verde que cruzaba el río San Juan de Dios entre 1805 y 1810
impartió clases de aritmética, geometría, arquitectura y dibujo, de las cuales dos estudiantes fueron los más destacados: Jacobo Gálvez y Manuel Gómez Ibarra, quienes participaron en importantes obras arquitectónicas
Cabrales, Luis. (2014). La ciudad imaginada: el paisaje neoclásico en Guadalajara y sus productores. UNAM instituto de geografía. pp: 82-97.