Viviana Erazo la define como un discurso, que invita a la reflexión y la práctica feminista, conllevan a tener un compromiso éticamente y una forma de estar en el mundo. La toma de conciencia feminista cambia, inevitablemente, la vida de cada una de las mujeres que se acercan a él. Remueve conciencias, replantea individualidades y revoluciona, sobre todo en ellas, una manera de estar en el mundo.