Implica una voluntad, una dirección hacia la cuál queremos orientar las relaciones entre las culturas, siendo esta dirección la coexistencia y la convivencia. Supone mirar la multiplicidad de formas de vida de los grupos sociales y reconocer que la propia cultura y la del otro, cumplen una labor social, como expresar emociones, deseos, modos de sentir, enseña valores, permite preferencias y elecciones de fines.