La represión se utilizó en las etapas finales para aplastar los focos levantados durante los cuatro años anteriores de dictadura. Se ocupo también la censura, eliminó toda posibilidad de disidencia política y se materializó a través de figuras ilegales como detenciones y secuestros, seguidos, en la mayoría de los casos de homicidios, desapariciones y tortura de las víctimas, generalmente pertenecientes a partidos comunistas, socialistas y guerrilleros.