El constructivismo considera intersubjetivo conocimiento
e ideas para tener efectos constitutivos sobre la realidad social y su evolución. Cuando las personas las utilizan, las reglas,
normas y entendimientos de causa-efecto que hacen que los objetos materiales sean significativos se convierten en la fuente
de las razones, los intereses y los actos intencionales de las personas; cuando se institucionalizan, se convierten en fuente
de prácticas internacionales. El valor agregado del constructivismo, por lo tanto, es que ayuda a explicar por qué
las personas convergen en torno a normas, identidades y entendimientos causa-efecto específicos y, por tanto, de dónde
provienen los intereses