El proceso de valoración organísmica, como lo visualizaba Rogers, es el mecanismo regulador durante todo el ciclo vital. A lo largo del proceso juzgamos las experiencias en razón de su contribución a la tendencia de realización. Consideramos que aquellas que, a nuestro juicio, la favorecen, son buenas y convenientes, y les asignamos un valor positivo. Las que la entorpecen o dificultan son inconvenientes y, por lo tanto, les atribuimos un valor negativo