Las primeras estaban más dispuestas a aceptar a sus hijos tal como eran. Además, en cierto sentido, la medida de autoaceptación de los hijos dependía de la medida de autoaceptación de su madre
En el primer caso, mostraban
afecto y utilizaban la recompensa, y no el castigo para dirigir la conducta
En el segundo caso, eran retraídos, menos cari
ñosos y retraídos, menos cari
ñosos y tendían m
más a recurrir al castigo (Coopersmith, 1967).
En un tercer estudio, los
adolescentes que recibieron consideración positiva
incondicional de sus padres mostraban confianza y
optimismo en su capacidad para recibir apoyo de otros en el futuro. Observaban m
más conductas congruentes con la percepción de sus intereses y
talentos