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El Amor de los Esposos - Coggle Diagram
El Amor de los Esposos
Amor Conyugal
Matrimonio
Sexualidad
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Los actos con los que los esposos se unen íntima y castamente entre sí son honestos y dignos, y, realizados de modo verdaderamente humano, significan y fomentan la recíproca donación, con la que se enriquecen mutuamente con alegría y gratitud
Fidelidad Conyugal
La fidelidad expresa la constancia en el mantenimiento de la palabra dada. El sacramento del Matrimonio hace entrar al hombre y la mujer en el misterio de la fidelidad de Cristo para con su Iglesia.
Adulterio
Cuando un hombre y una mujer, de los cuales al menos uno está casado, establecen una relación sexual, cometen un adulterio.
El adulterio es una injusticia. El que lo comete falta a sus compromisos. Lesiona el signo de la Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y atenta contra la institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen.
Fecundidad
La fecundidad es un don, un fin del matrimonio, pues el amor conyugal tiende naturalmente a ser fecundo.
En el deber de transmitir la vida humana y educarla, los cónyuges saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y en cierta manera sus intérpretes. Por ello, cumplirán su tarea con responsabilidad humana y cristiana.
Los esposos pueden querer espaciar los nacimientos de sus hijos. En este caso, deben cerciorarse de que su deseo no nace del egoísmo, sino que es conforme a la justa generosidad de una paternidad responsable.
Don del Hijo
La sagrada Escritura y la práctica tradicional de la Iglesia ven en las familias numerosas como un signo de la bendición divina y de la generosidad de los padres.
Las técnicas que provocan una disociación de la paternidad por intervención de una persona extraña a los cónyuges (donación del esperma o del óvulo, préstamo de útero) son gravemente deshonestas.
Estas técnicas lesionan el derecho del niño a nacer de un padre y una madre conocidos de él y ligados entre sí por el matrimonio. Quebrantan su derecho a llegar a ser padre y madre exclusivamente el uno a través del otro.
Practicadas dentro de la pareja, estas técnicas son quizá menos perjudiciales, pero no dejan de ser moralmente reprobables. Disocian el acto sexual del acto procreador.
Los esposos que, tras haber agotado los recursos legítimos de la medicina, sufren por la esterilidad, deben asociarse a la Cruz del Señor. Pueden manifestar su generosidad adoptando niños abandonados o realizando servicios abnegados en beneficio del prójimo.
Divorcio
El divorcio es una ofensa grave a la ley natural. Pretende romper el contrato, aceptado libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte.
El hecho de contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura.
El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que introduce en la célula familiar y en la sociedad.