Se refiere a que las políticas públicas deben garantizar la gestión eficiente, responsable y racional de los recursos naturales, minimizando el deterioro ambiental.

La sustentabilidad de los ecosistemas naturales es imprescindible para la supervivencia y la vida digna de las personas.

Deben fomentar el cambio hacia el desarrollo sustentable y las medidas indicadas para el optimo aprovechamiento de los recursos naturales sin degradar al medio ambiente, con el fin de mejorar la economía y erradicar la pobreza.

Es fundamental la alineación de las políticas económicas con base en los principios de la productividad y la sustentabilidad.

Favorece la diversidad y el respeto desde un nivel local hasta lo internacional. La cultura determina las conductas de las personas, por ello, ejemplos como la creatividad, el conocimiento crítico, la belleza y la diversidad están relacionados con el desarrollo humano y se constituyen como supuestos de la sustentabilidad.

Este es el eje personal, viene desde la conciencia y espíritu del individuo, si no hay amor y empatía por lo que nos rodea, difícilmente habrá una armonía con las necesidades de la humanidad y por ende los objetivos de bienestar.