El arte puede adoptar un carácter narrativo en función de la realidad representada. Con frecuencia, ha desempeñado una función conmemorativa o histórica, al inmortalizar las gestas u obras de héroes, emperadores y reyes. Las pinturas y los relieves de los templos, por ejemplo, también han asumido un papel didáctico o religioso, pues sirvieron para explicar al pueblo ciertos sucesos bíblicos. En otras ocasiones, se han plasmado escenas de la vida cotidiana, costumbres de los pueblos, escenas mitológicas…
El Guernica, pintado en 1937 por Pablo Picasso, con motivo del bombardeo de Guernica (Vizcaya) durante la Guerra Civil, es un ejemplo de «narración pictórica».