Consistía en ejercer colectiva, pero directamente las diferentes partes de toda soberanía, a deliberar en la plaza pública sobre la guerra o la paz, a concluír tratados de alianza con los extranjeros, a votar las leyes, pronunciar sentencias, a examinar las cuentas, la gestión de los magistrados, a hacerlos comparecer ante todo el pueblo, a acusarlos, condenarlos o absolverlos.
Y al mismo tiempo, admitían como compatible con esta libertad colectiva, el sometimiento completo del individuo a la autoridad del conjunto.
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Nada esta concedido a la independencia individual, ni bajo la relación de las opiniones, ni bajo la de la industria, ni sobre todo, bajo la de la religión.
En las relaciones más domésticas, la autoridad interviene tambien.
Así, con los antiguos, el individuo es esclavo en todas sus relaciones privadas, como ciudadano decide la paz y la guerra y como particular esta reprimido en todos sus movimientos.