Los unívocos se refieren a un solo concepto, por ejemplo, lápiz o cuaderno. Los análogos se parecen por su forma o función, por ejemplo, portero, que puede ser el cuidador de un edificio o el que cuida un arco de fútbol. Los equívocos se aplican a objetos diferentes, por ejemplo, muñeca, que puede ser la parte de la mano, pero también el juguete, o radio, que puede ser el hueso, el aparato electrónico o la parte de la circunferencia.