En resumen, podemos ver que Thomas y Locke son polos opuestos en sus ideas de las formas de gobierno. Uno asumiendo en sus textos (Leviatán) la sumisión total ante lo que él considero que es la mejor forma de gobierno (una monarquía absoluta o parlamentarismo absoluto) y él otro, en sus textos (Los tratados sobre el gobierno) en los que expresa que el poder absoluto debería de concentrarse en tres poderes de gobierno: legislativo, ejecutivo y federativo, teniendo como poder supremo al legislativo, dentro de una democracia.
Tenemos a hombres con ideas contrastantes, ambos de acuerdo solamente en que, sin una forma de gobierno, viviríamos en un estado de naturaleza, aunque discernían en sus ideas de como habría sido este.