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Todo fluido corporal (sangre, orina, heces...) procedente de cualquier persona o animal debe tratarse como potencialmente contagioso.
Uso rutinario de guantes, gafas, batas/monos, etc. cuando se prevea la posibilidad de contacto con sangre, otros fluidos corporales, mucosa o piel no intacta.
Lavado de manos y secado de las mismas con medios individuales (toallas desechables o aire caliente) antes y después de utilizar guantes.
No reutilizar el material que no se pueda esterilizar. Utilizar, siempre que sea posible, material de un solo uso (agujas, jeringas...).
No reencapsular las agujas: manejar con precaución los instrumentos cortantes como agujas, bisturíes, etc.
Los objetos punzantes y cortantes a desechar (agujas, jeringas y otros instrumentos afilados) deberán ser depositados en contenedores apropiados con tapa de seguridad, para impedir su pérdida durante el transporte. Estos contenedores se ubicarán cerca del lugar de trabajo y se evitará su llenado excesivo.
Los restos de curas (gasas, vendas, algodones, etc.) se desecharán en cubos con bolsas resistentes (se utilizará doble bolsa de basura en caso de ser necesario); éstas se manipularán con guantes y separadas del cuerpo.
Si tenemos lesiones exudativas de piel (dermatitis...) o heridas, deberemos aislarlas antes de comenzar el trabajo mediante apósitos impermeables y uso de guantes.
Sobre superficies manchadas con sangre u otros fluidos se verterá lejía doméstica diluida (1 parte de lejía y 10 de agua) u otro desinfectante. Se cubrirá con servilletas de papel o similar y se recogerán los restos, todo ello con guantes.
No comer, beber ni fumar en el área de trabajo
