Cada experiencia de la arquitectura conmovedora es multisensorial; las cualidades del espacio, de la materia, y de la escala se miden a partes iguales por el ojo, el oído, la nariz, la piel, la lengua, el esqueleto y el musculo. La arquitectura fortalece la experiencia existencial el sentido de cada uno de ser en el mundo, y esto constituye fundamentalmente una experiencia fortalecida del yo.