Please enable JavaScript.
Coggle requires JavaScript to display documents.
Capitulo 2: El diseño y la transmisión de tareas - Coggle Diagram
Capitulo 2: El diseño y la transmisión de tareas
La decisión de proponer una tarea depende de:
De si a lo largo de la sesión hemos conseguido crear un contexto terapéutico adecuado.
Este contexto terapéutico consiste en que los consultantes y el profesional hayan alcanzado un mínimo consenso respecto a cuál es el propósito de su trabajo en común, las metas y medios de su colaboración en conjunto.
Una vez creado un contexto de intervención, las tareas que se pueden promover a los consultantes dependerá en parte de las circunstancias del caso y de la estrategia que sigamos.
Aunque se tenga clara una línea de intervención, la cuestión es de cómo concretarla en tareas, a qué ritmo trabajar, si proponer pasos más o menos pequeños.
Pautas que pueden ayudar a tomar esas desiciones son:
Ir despacio
Preferible ir paso a paso, avanzando en la dirección del cambio de manera gradual, sin exigir demasiado.
Escuchar y recoger lo que los consultantes propongan durante la entrevista
Si la sesión es productiva, no es inhabitual que los propios pacientes vayan madurando o generando ideas respecto de como abordar sus problemas.
Concretar
Las tareas deben ser claras y concretas, especificando que sugerimos que haga qué persona y en qué circunstancias, indicar que es lo que sí debe hacer y no limitarse a lo que no puede hacer.
Tener en cuenta la relación terapéutica
Para proponer tareas necesitamos que los clientes tengan un buen
enganche en el proceso terapéutico
y una buena
conexión emocional con la terapeuta
Adaptarse al estilo de los consultantes
Tener en cuenta el estilo, las preferencias de nuestros consultantes.
Territorialidad
A quiénes incluir en la tarea.
Temporalidad
En cuanto al proceso de la intervención en conjunto.
En cuanto al tiempo que dejamos hasta la siguiente sesión.
Tareas que requieren de los consultantes un determinado tiempo de preparación.
Simplicidad
Deriva de la terapia centrada en las soluciones, resulta preferible dar menos tareas y más sencillas.
Forma de plantear las tareas a los consultantes.
Vale la pena esmerarse para plantear las tareas de modo que resulten aceptables.
Normas generales a la hora de plantear tareas a los consultantes:
Hablar despacio
Explicar con claridad y concreción qué coas sugerimos que haga qué persona y de qué manera.
Utilizar la postura y lenguaje de los clientes
En vez de expresarnos con nuestra jerga profesional.
Emplear un lenguaje permisivo
Hablar mas a los clientes de sugerencias, experimentos o propuestas.
Justificar nuestra sugerencia
De modo que para el consultante le resulte asumible e incluso lógico.
Transmitir nuestra confianza
Transmitir que se está convencido/a de que ésa es la mejor propuesta en ese momento.
Seguimiento de las tareas
Empezar las sesiones interesándonos por las mejorías que se hayan producido desde la sesión anterior e interesarse posteriormente a las propuestas que hicimos.
Si el consultante se ha esforzado por seguir nuestra indicación, el resultado esperable es que el problema haya disminuido.
Instrucciones de uso
El conjunto de tareas no pretende ser exhaustivo.
La mayoría de las tareas son modificables y adaptables a las circunstancias de cada caso.
El impacto de las tareas no depende necesariamente de su cantidad o su complejidad, es preferible mantener un criterio de simplicidad.