Las circunstancias constituyen un elemento necesario, aunque secundario, para definir la acción y juzgar su valor moral. Las circunstancias relacionadas con el objeto moral son: el tiempo, el lugar, la cantidad y los efectos de la acción. Y las circunstancias relacionadas con el agente son: la condición del agente que actúa, el modo de actuar, los medios empleados y los motivos circunstanciales.