Toda sociedad internacional se encuentra condicionada por la estrecha, escada o nula identidad de caracterísricas entre los distintos actores que la forman. La homogeneidad facilita o, en caso de ausencia, dificulta la cooperación entre los miembros. Como explicaba Raymond Aron, «los sistemas homogéneos implican, en un primer análisis, una mayor estabilidad», entendiento por estabilida, con Boulding, «la capacidad del sistema internacional para mantener su estructura a través del timpo» y «para mantener la paz». Se trata, advierte Calduch, de una relación (la de Aron) que la historia de los siglos XVII, XVIII y XIX rebate claramente. La razón, concluye, es que «muchos conflictos bélicos encuentran sus causas en móviles económicos o ideológicos que poco tienen que ver con la homogeneidad o heterogeneidad política entre los estados»