Preguntar causa, profundidad, tamaño, tratamientos recibidos y eventual compromiso de otros sistemas (vascular, nervio periférico, músculo-tendinoso, osteoarticular, mental, nutricional), Evaluar dolor (EVA), evaluar la funcionalidad (escalas como Barthel o FIM).
Examen físico
Evaluar aspectos como xerosis de la piel y en relación a la cicatriz, el tamaño, forma, color (café, rojo, rosado, morado, pálido) y distorsión (deformidad, depresión o solevantamiento de la cicatriz o tejidos vecinos).
Palpación: determinar el grosor (grueso, normal, delgada), textura (dura, normal, blanda), plegabilidad, bridas, alodinia, etc.
Escalas: Vancouver (evaluar cicatrices de quemaduras y se puede extrapolar a la evaluación de cicatrices de otro origen) y POSAS.
Evaluar el impacto de la cicatriz en otros sistemas o funciones corporales como sensibilidad, rangos de movimiento articular, trofismo y fuerza muscular, drenaje venoso y linfático y biomecánica del segmento corporal. Se debe llevar un seguimiento clínico, se utiliza la técnica sistémica para evaluar cicatrices valorándolas sobre la base de 3 variables:
Color (blanco-rosa/púrpura-rojo), Grosor (plana-ligeramente elevada-prominente), Consistencia (blanca-moderadamente dura-dura).