Califato de Córdoba (929-1031): Fortalecido por sus victorias internas (nobles rebeldes) y externas (cristianos), Abderramán III se proclamó califa (independencia políticia y religiosa). Estabilidad política y prosperidad económica, gran foco cultural con su hijo, Al-Hakam II. Su sucesor, Hixam II, estuvo dominado por Almanzor, quien logró muchas victorias ante los cristianos estableciendo una dictadura militar. A su muerte (1002) hubo una crisis