Es una especie parásita mayormente no patógena del género Entamoeba que es de importancia clínica. Primero, porque a una persona sana no le causará daño o malestar, pero si las defensas naturales corporales están bajas o en casos de mala nutrición, sí causará daño. Segundo, es importante en medicina, porque a menudo es confundida durante el examen microscópico de heces, con la especie patogénica Entamoeba histolytica.[1] Aunque esta última diferenciación entre las dos especies es típicamente hecha por examen visual de los quistes del parásito con el microscopio de luz, se han desarrollado nuevos métodos y técnicas para facilitar la distinción.[2]