Se utiliza para diagnosticar la presencia de cualquier tipo de crisis convulsiva, confusiones, lesiones en la cabeza, tumores cerebrales, infecciones, enfermedades degenerativas y disturbios metabólicos, para evaluar trastornos del sueño y para investigar causas desmayo o pérdida del conocimiento.
También es muy útil para confirmar la muerte cerebral de un paciente en estado de coma.