Dado que el mobiliario urbano es primordialmente usado para los espacios públicos, como diseñadores debemos tomar en cuenta todas las consideraciones ergonómicas, estéticas y funcionales; poner énfasis en consideraciones de durabilidad, de responsabilidad ambiental y social, de resistencia a: el uso intensivo, a condiciones climáticas, al vandalismo, la falta de mantenimiento y graffiti.