Además los niños que están en contacto con los espacios verdes se enferman
menos, tienen mejor concentración física, equilibrio y agilidad, son más imaginativos,
tienen más habilidad para divertirse y colaborar en grupo, son más
observadores, muestran más capacidad de razonamiento y más paz interior.
No cabe duda que estar en armonía con la naturaleza es importante y beneficioso
para nuestra familia y comunidad.