La memoria a corto plazo se caracteriza por tener la capacidad de almacenar información, a partir del ambiente en el cual se interactúa y por tiempo limitado. En este sentido, la memoria humana puede retener entre 6 o 7 ítems o elementos durante un periodo de 30 o 40 segundos, aproximadamente, si no se repite la información varias veces. Por ejemplo, solo podemos memorizar un número telefónico por breve tiempo si no lo repetimos más de una vez. Otro ejemplo puede ser el tratar de recordar una serie de elementos que nos han mostrado rápidamente, de los cuales se olvidan algunos al pasar pocos minutos, en especial los intermedios, ya que es más fácil recordar los primeros elementos o los últimos. La memoria a corto plazo se puede mantener al repasar de manera constante y por un momento la nueva información, de lo contrario será olvidada. Incluso, si se trata de un repaso prolongado de la información, ésta podrá transferirse a la memoria de largo plazo.