El infante logra rotar la muñeca, de manera que puede virar su mano y manipular objetos para jugar de maneras diferentes: con la cuchara, maracas, entre otras. La mayoría de los movimientos en los primeros seis meses son automáticos, pero ahora el infante comienza a hacer cosas que tiene que planificar. Cada nueva actividad envuelve más la planificación motora y, a su vez, la integración sensorial.