La vida cotidiana también se concibe a través de sistemas simbólicos, cuyos efectos en nuestro comportamiento no son directos, porque depende de la concepción que cada ser humano tenga de la sociedad. Pueden ser sistemas simbólicos, los imaginarios colectivos, la concepción del género, los procesos religiosos y los sistemas morales, que son parte de la cultura, con significados que remiten a diferentes modos de vida.