Somos sensibles en el mismo grado y con la misma intensidad con la que vivimos, sabemos y podemos vivir solo a través de lo sensible, y no solo para conocer lo que nos rodea, ocurre incluso con los ojos cerrados, cuando todos los otros órganos de los sentidos parecen estar obstruidos al mundo. Si no es el ruido de nuestra respiración, es un recuerdo o un sueño el que nos atrapa del aparente aislamiento, para volver a sumergirnos en el mar de lo sensible. La vida intelectual se divide en pensar, leer y escribir; el pensamiento es algo que a los seres humanos nos sale o nos pasa independientemente de nuestra voluntad: no pensamos como queremos y la vida biológica es tal y como la estudian las ciencias biológicas, La división de la naturaleza en tres reinos: mineral, vegetal y animal lo cual se refleja un esquema jerárquico no evolutivo que supone un aumento creciente de la percepción.