los primeros valores morales están calculados de la regla concebida, mediante el respeto unilateral, y de esta regla tomada al pie de la letra y no en su espíritu. Para que los mismos valores se organicen en un sistema que sea simultáneamente coherente y general, será preciso que los sentimientos morales lleguen a tener una cierta autonomía y, para que esto ocurra, que el res-
peto deje de ser unilateral y sea mutuo: es precisamente
el desarrollo de este sentimiento entre compañeros o guales lo que provocará que la mentira dicha a un amigo sea calificada como tan mala, o aún más, que la dicha por el niño al adulto.