Al formar parte de una serie de cuatro cuadros construidos de una manera casi idéntica, es evidente que el artista no estaba experimentando, sino que al contrario, tenía una idea precisa de lo que quería representar en la pintura, de una manera sutil, tanto que la repitió cuatro veces en serie, con variaciones muy pequeñas, pero el misterio que envuelve a la obra, aunque deja ver que existe, no revela dicha intención al público, y no hay nada mas que teorías y múltiples interpretaciones de lo que pudo haber querido decir con los elementos de la obra, cosa que también ha contribuido al reconocimiento que la precede.