Juliana Rangel-Posada, investigadora de la Universidad de Cornell, demostró en 2013 que un pequeño grupo de abejas dentro de la colmena, aproximadamente 200, son las que precipitan la enjambrazón. Esta autora habla de ‘pipers bees’, que se podría traducir por ‘abejas gaiteras’ o ‘abejas flautistas’, en alusión al Flautista de Hamelin. Son individuos muy veteranos y, posiblemente, muy influyentes dentro del grupo.
El caso es que estas abejas emiten un determinado sonido parecido al pitido de una flauta. Con ese sonido activan la salida del enjambre, que, en un momento concreto, se lanza al exterior y alza el vuelo.