Otro deber esencial de la Conferencia Episcopal de Guatemala es actuar y demostrar cómo actuar, con fe, paciencia y esperanza ante las distintas circunstancias o desafíos a los que se enfrente el país. Además, en tiempos difíciles así como la emergencia mundial actual, es ser parte de actos solidarios y motivar al país a actuar por el bien de los demás, por el bien del país, ofreciendo ayuda a los más necesitados y aquellos que están en mayor peligro de su salud.