111¿Cuál es el mayor deseo para el cristiano? El mayor deseo para el cristiano es el misterioso deseo de Dios, que vive en su interior. Es el deseo de relacionarse con el Dios Trino (Padre, Jesucristo y Espíritu Santo) para salvarse, vivir eternamente y ser completamente feliz con Él, con los demás y consigo mismo. Este deseo divino lo convierte en un ser religioso. Y cada buen deseo que cumple, como tener amigos, vivir un amor verdadero, ayudar a los demás…, le hace descubrir y preferir este deseo humano y cristiano; y así, vivir como un ser limitado, finito y sometido a la enfermedad y la muerte, pero, a la vez, como un ser trascendente que busca y desea lo infinito, la plenitud humana, la unión con Dios. «El hombre lleva en sí un misterioso deseo de Dios. […] “El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y solo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar”. […] Saborear las alegrías verdaderas en todos los ámbitos de la existencia —la familia, la amistad, la solidaridad con quien sufre, la renuncia al propio yo para servir al otro, el amor por el conocimiento, por el arte, por las belle-zas de la naturaleza—. […] No se trata de sofocar el deseo que existe en el corazón del hombre, sino de liberarlo, para que pueda alcanzar su verdadera altura» (Papa Benedicto XVI: Audiencia general, 7 de noviembre de 2012).