El estrés no siempre es malo. De hecho, un poco de estrés es bueno. La mayoría de las personas no puede hacer bien las cosas: deporte, música, baile, trabajo, escuela, sin sentir la presión de la competición. Sin el estrés de alcanzar la meta, la mayoría de personas no serían capaz de terminar un proyecto o de llegar a trabajar con puntualidad. Según algunos autores el estrés puede ayudar o dañar el desempeño del empleado, dependiendo de su nivel. Cuando no existe, tampoco hay retos y el desempeño suele ser bajo. Conforme aumenta el estrés, el desempeño tiende a aumentar porque el primero ayuda a la persona a desarrollar sus propios recursos y a cumplir con los requerimientos del empleo. Lo cual representa un estimulo saludable que alienta al empleado a enfrentarse a los retos.