Imagina que asistes a una cena y que personas diferentes te dicen que lo que tu empresa necesita es chocolates, otro dice bebidas de arroz, otro galletas y otro apio. Cada uno afirma que lo que te recomendó fue un éxito en sus propias empresas. Entonces sales al supermercado a comprar todo eso. Luego te encuentras haciendo la cola para pagar sosteniendo en tus brazos todos esos artículos: chocolates, bebidas de arroz, galletas y apio. Ahora, se supone que todo lo que haces sirve como prueba tangible de lo que crees, pero sosteniendo todo eso, nadie puede ver en qué crees. ¿Y si tu PORQUÉ es hacer solo cosas saludables, hacer siempre las cosas que sean buenas para tu cuerpo? Entonces recibirás todos los mismos buenos consejo de todas las mismas personas, la única diferencia es que la siguiente vez que vayas al supermercado solo comprarás bebida de arroz y apio. Estos son los únicos productos lógicos. No es que los demás consejos no sean buenos, sino que, simplemente, no son buenos para ti. Los consejos no encajan. Al filtrar tus decisiones a través de tu PORQUÉ, pasas menos tiempo en el supermercado y gastas menos dinero, así que a este respecto también hay una ventaja de eficiencia.
- 1 more item...