Bajo otras condiciones en China, como antes fue en la Unión Soviética, la ética marxista fue el detonante del espíritu del capitalismo y el sudeste asiático con China y la India se abrieron más rápidamente al mundo de las ingenierías y de los nuevos procesos de trabajo con lo que se implanto la productividad, los procesos de calidad total y las nuevas formas de mercadeo que sin duda fueron el parte aguas, junto a los mecanismos para entretejer economías, diluyendo su carácter nacional, lo que permitió con el tiempo abrir paso a la globalidad.