Como primera medida, hay que remover alfombras –si las hay–, abrir todos los cuarteles y sacar las tapas fuera del barco (numerándolas y marcando su exacta posición). Ventilar las zonas abriendo todos los ojos de buey y tambuchos. Es necesario, además, el ingreso de buena luz a estos sectores, en general oscuros (actualmente muchas embarcaciones tienen una iluminación básica de leds en la sentina).
Una vez abierta e iluminada la sentina, empezar desde la proa hasta la popa haciendo un reconocimiento visual completo, a fondo y minucioso. También ayuda testear a través del olfato –los olores que emanan de allí también son pistas para detectar problemas–.