Una percepción superior de la realidad, una mayor aceptación de uno mismo, de los demás y de la naturaleza, una mayor espontaneidad, una mayor capacidad de enfoque correcto de los problemas, una mayor independencia y deseo de intimidad, una mayor autonomía y resistencia a la indoctrinación, una mayor frecuencia de experiencias superiores, una mayor identificación con la especie humana, un cambio en las relaciones interpersonales, una estructura caracterológica más democrática, una mayor creatividad, algunos cambios en la escala de valores propia.