En este sentido, una de las características de la belleza es que se experimenta a través de los sentidos, principalmente la vista y el oído. Como tal, la belleza es una experiencia subjetiva, que puede variar no solo de un individuo a otro, sino entre culturas y épocas. Así, no necesariamente dos hombres evaluarán la belleza de la misma manera: para un alemán una morena latinoamericana puede resultar mucho más atractiva que las mujeres de su país, mientras que para un latinoamericano la belleza exótica de una alemana puede ser probablemente más subyugante.