Se ha demostrado que después del parto aumenta el tamaño del cerebro, en áreas clave que regulan la motivación, el procesamiento emocional, la integración sensorial, el razonamiento y el juicio. Los investigadores sospechan que la experiencia de abrazar y acariciar a un bebé recién nacido desencadena este efecto y ayuda a las madres a ser mas afectivas en sus interacciones.
Al nacer, el encéfalo tiene un volumen de apenas un cuarto a un tercio del que alcanzara de adulto. A los 6 años casi tiene el tamaño del adulto, pero partes específicas siguen en crecimiento y desarrollan funciones hasta la edad adulta.