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¿DE DONDE PROCEDEN LAS IDEAS? Las fuentes de la innovación en la…
¿DE DONDE PROCEDEN LAS IDEAS?
Las fuentes de la innovación en la empresa
El éxito no solo es a consecuencia de generar el mayor número de ideas, sino que además las convierte exitosamente en algo que aporta valor tanto para los clientes como para los que apostaron por la aventura empresarial.
Para gobernar con éxito cualquier tipo de empresa
se resume en “clientes contentos, accionistas encantados”.
Capacidad de elaborar propuestas de valor lo suficientemente atractivas como para que los clientes se fijen en nosotros y además velamos por que al final del día se genere un surplus.
“Las ideas surgen de conversaciones y de seguir un método o protocolo para su generación y captura que únicamente tiene posibilidades de éxito si se producen en un contexto que no sólo las facilita, sino que además las incentiva”.
Existen seis posibles fuentes de ideas.
Innovación surgida en el laboratorio: El objeto es investigar para más tarde encontrar uso a aquello que se ha descubierto en el laboratorio.
Para un éxito, hay que estar ahí
La innovación puede
surgir en el laboratorio, pero, para que sea útil, se debe obligar a los sus equipos de I+D a rotar entre los laboratorios y las unidades de negocio para asegurarse de que todos los investigadores mantengan el foco en el mercado.
Evitar absorberse en las investigaciones ya que puede evitar que sean capaces de aplicar sus desarrollos.
Innovación a partir de las ideas
que tienen los empleados: las ideas son cosa de todos.
El pensamiento lateral dice que “mientras se siga pensando que la creatividad es un don personal, las empresas están ignorando miles de ideas que laten entre sus empleados”
Apalánquense en el potencial creativo y en el conocimiento de la realidad que existe entre sus empleados,
entendidos éstos en el sentido más amplio.
La apuesta por crear y mantener una organización creativa es
fundamental.
Innovación a partir de la observación
del usuario, se trata de volver al origen; de volver a poner al usuario en el centro del foco para entender cuáles son sus necesidades y, a partir de ahí, intentar generar soluciones que le aporten significado.
Modo en el que las personas a las que catalogamos como creativas piensan y actúan.
Este método se caracteriza por poner a la persona (al usuario actual o al potencial) en el centro del análisis y explora posibles soluciones que van más allá de lo obvio , de ahí que capten nuestra atención.
El design thinking es muy potente si se complementa con dosis de pensamiento analítico de corte más clásico.
No perderse o dejarse llevar por la estética o la originalidad y sí ahondar en la utilidad de las soluciones que se puedan desarrollar mediante este método..
La innovación inspirada en el análisis
de lo que hace la competencia
Hacer ingeniería inversa de aquellas ideas, estrategias o modelos de negocio que resultaron exitosos para nuestros competidores o para
otras empresas a las que podemos llamar “ganadoras”.
Apalancarse en las lecciones que podamos extraer de ellas, reimaginar o reinventar nuestros propios negocios o maneras de hacer las cosas. A esta práctica la podríamos llamar “innovación a partir del benchmarking".
Todas estas empresas hacen propuestas que las diferencian claramente de sus rivales que después remachan con una ejecución excelente.
Usan la imaginación primero, piensan propuestas fuera de los límites establecidos en sus respectivas industrias que capten la atención del mercado, para después hacerlas producibles y escalables de forma competitiva.
Combinan el design thinking para la generación de ideas/propuestas novedosas y significativas y la aplicación obsesiva de las ideas que subyacen a los programas de calidad Six Sigma para la minimización o eliminación de todo aquello que genera variabilidad en la ejecución.
les permite llevar a escala global su propuesta de valor sin perjudicar su rentabilidad; más bien lo contrario.
Innovación “de compra o alquiler”, Primero se subcontrató la producción; ahora parece que
las empresas comienzan a verse abocadas a externalizar una parte de la I+D o a comprarla en bloque.
A veces, la forma más rápida de tener buenas ideas consiste en darlas a generar fuera a empresas que, justamente, se dedican a ello.
Pasa por la compra de empresas que se caracterizan por su conocimiento y su pericia.
La ventaja de proceder de esta forma es clara. Una empresa puede así estar siempre en la cresta de la ola en lo que a nuevas tecnologías y/o tendencias se refiere.
El inconveniente es que quiere desembolsos importantes ), se corre el riesgo de quedar a
expensas de lo que terceros puedan hacer y decidir y, finalmente, puede llegar a matar la motivación por innovar que puede existir en la propia empresa.
Innovación abierta o participativa, que consiste en abrir la puerta a todo aquel que quiera participar –aportando ideas– en proyectos de innovación auspiciados por las empresas.
Open-market para explorar
nuevas posibilidades y conseguir nuevas ideas.
Es aún muy reciente y existen todavía grandes
dudas por despejar.
Se tiene como duda que todo lo relacionado con los derechos intelectuales y los mecanismos que se harán necesarios para conseguir que las personas que aportan ideas encuentren una razón para seguir haciéndolo.
Lo importante es que seamos
capaces de tender puentes entre esas cosas que nos llegan del laboratorio o de nuestros empleados/colaboradores y nuestro objetivo comercial.
La innovación consiste en recombinar de manera creativa –novedosa– ideas, personas y objetos del pasado y que eso sólo es posible si nos permitimos meter la nariz en distintos lugares
Practicar la “polinización”; salir fuera de nuestro espacio habitual en busca de aire fresco y ver y acumular experiencias para después, a nuestro regreso, ser capaces de establecer conexiones entre aquello que vimos, oímos y vivimos y aquello que queremos resolver.
Determinados layouts abiertos o inclusivos facilitan esa polinización, pero eso no garantiza el resultado que pretendamos.
La clave para que nuestra organización devenga creativa, radica no sólo en proclamar a los cuatro vientos que queremos ser creativos, sino también en proponer medidas que fomenten esa creatividad.
Las innovaciones más radicales siempre han surgido del trabajo colaborativo de personas normales entrelazado sus respectivas experiencias y conocimientos con el fin de solventar un problema.
Para sacar todo el potencial creativo habrá que empezar a dejar a un lado esa sensación de miedo que nos invade cuando las cosas parecen ocurrir sin nuestra participación y/o se escapan de nuestro control o incluso, reconozcámoslo abiertamente, exceden a la que hoy es nuestra capacidad.
Talento es sinónimo de éxito a medio o a largo plazo.