Desde mi punto de vista, encuentro el desarrollo del cuento en sí deficiente de detalles importantes, tal como el escenario. Además, no concuerdo para nada con la moraleja de la historia. No veo como el hecho de que un noble, una persona que ha conocido las riquezas del mundo de primera mano, le diga a los pobres, aquellos quienes no se podían calentar en invierno o tenía suficiente comida en la mesa, que deberían de agradecerle a Dios por lo que tienen, sea algo apropiado. Mi entendimiento es que Don Juan Manuel no está en posición alguna para decirle a los plebeyos como sentirse en tanto su angustia y sufrimiento. En adición, encontré la resolución irrealista. Considerando la fijación de las clases sociales en Europa Medieval, el hecho de el que el hombre que comía altramuces y el Conde Lucanor salieron de la pobreza es uno totalmente desconectado a la realidad del tiempo. No obstante, sí me gustaron las implementaciones de los recursos estilísticos, ya que le añadieron un tipo de ritmo y estilo diferente.