En primer término, encuentra lo ya comentado acerca de que prácticas establecidas, por ejemplo, para la clasificación de los alumnos, están conformadas por los instrumentos mediadores disponibles. En segundo término, los sujetos no parecen advertir el poder de estos instrumentos mediadores en la configuración de sus prácticas, lo que los llevaría a naturalizar de algún modo las categorías o sistemas de representación empleados, ocultándose su naturaleza de herramienta cultural, producto de "fuerzas socio- culturales concretas". Finalmente, al estar operando procesos heterogéneos, dado que los instrumentos de mediación, en esta perspectiva, se los supone producto de fuerzas socioculturales, históricas e institucionales específicas, no existe un ajuste a priori ni natural y, por el contrario, puede existir una suerte de desfas entre el sentido original que cobró el surgimiento de instrumentos mediadores concretos en tales contextos socio-culturales y la manera en que luego los mismos instrumentos "dan forma a estos escenarios de un modo que no se consideraría apropiado desde la perspectiva de las funciones interpsicológicas o intrapsicológicas"